A las 7 de la mañana ya se podía ver una bandera humana arcoíris dando color al gris limeño de invierno en la cuadra 1 de la avenida Prescott en San Isidro, justo al frente de una institución estatal que ha sido cedida para que las y los comisionados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sesione por estos días en la capital.  

Esa bandera humana estaba conformada por activistas gayls, lesbianas, bisexuales, transexuales, queer de este país diverso, quienes buscaban llamar la atención de los comisionados que antes de las 8 empezaban a llegar para sus sesiones programadas.

“¡No más crímenes de odio!”, se podía escuchar y un cartel impostergable a la vista: “El Kongreso nos está matando”.

El plantón multicolor tuvo efecto. Nada menos que el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Paulo Abrão, recibió a la delegación de las diversas colectivas LGBTIQ y por espacio de 30 minutos escuchó el terrible relato de lo que significa ser gay, lesbiana, tras o, simplemente, ser diferente en el Perú.

cidh

Lxs activistas Gahela Tseneg Cari, Santiago Balvín y Sayda Lucas informaron al comisionado de la CIDH el complicado contexto que se vive con un Congreso que no solo impide cualquier iniciativa legislativa que tenga que ver con las demandas de las personas LGTBIQ. 

 El comisionado Abrão pudo conocer cómo la mayoría fujimorista y algunos aliados en otras fuerzas políticas se han encargado de eliminar de Decretos legislativos sobre políticas relacionadas con la seguridad ciudadana, cualquier referencia al “género”, “orientación sexual e identidad de género”, así como, la sanción a los crímenes de odio y la discriminación por orientación sexual e identidad de género. Y amenazar con proyectos de ley, los derechos a la igualdad de género, la educación con enfoque de género, los derechos sexuales y los derechos reproductivos.   

La situación, sin embargo, no es solo obstaculizar las iniciativas sino retroceder en las ya existentes, como el Currículo Nacional por la Igualdad, que sufrió una arremetida implacable, y a pesar de la defensa de ministros y congresistas del oficialismo fue derrotada por la desinformación y la homofobia; tanto que hasta se ‘bajaron’ un ministro.

También se informó a la CIDH cómo esa misma mayoría en el Parlamento ha secundado la arremetida de los grupos religiosos conservadores, que si bien hasta hace unos años era sobre todo provenía mediáticamente de la jerarquía de la iglesia católica, ahora sumaba esfuerzos con el lobby de las iglesias evangélicas que tomaban calles, muros, puentes, y medios de comunicación para difundir sus discursos de odio. Incluso, se informó al comisionado internacional del caso del pastor homófobo que hizo un llamado a matar a lesbianas.

Toda esta situación, así como la represión policial a esta misma Bandera humana LGTBIQ el mismo 17 de mayo Día contra la Homofobia, en los exteriores del Congreso, fue relatada a Paulo Abrão, quien se comprometió con solicitar al Estado peruano un informe sobre la normativa, campañas, acciones que se están desplegando para lograr derechos de la comunidad LGTBIQ.

REPRESIÓN 17 DE MAYO

Algunos activistas que participaron en la bandera humana pertenecen a los coletvxs Lifs Peru, Movimiento Homosexual de Lima, Diversidades Trans Masculinas, Sociedad Trans FTM Perú; Manada Feminista PUCP, Diversidades Feministas NP, Ágora Les, y otrxs independientes.

En el encuentro también participó Amnistía Internacional, en tanto, Sayda Lucas, activista y representante de la organización feminista Demus, pidió al comisionado CIDH revisar el estado del caso de discriminación por orientación sexual del activista Crisstian Olivera, quien denunció en el 2011 a Supermercados Santa Isabel cuando se le expulsó del local por tomarse de la mano con su pareja. El caso espera ser admitido por la CIDH que podría intervenir para lograr que el Estado peruano repare el daño por la discriminación sufrida por el activista.  

Finalmente, el comisionado de la CIDH solicitó a lxs activistas se le envíe todo material (vídeos, fotos, recortes de periódico) que sustenten la violencia que sufren a diario.