Beto Ortiz nos tiene acostumbrados a esa multifacética forma de hacer periodismo amarillo. El periodista que ahora en su programa ‘Beto a saber’ le sirve de tribuna a la legión fujimorista, aprista y últimamente a Vladimiro Montesinos, ayer se tomó cuatro minutos para defender a la ministra de la Mujer, Ana María Choquehuanca, del exitoso tuitazo feminista que le dio una lección de lucha contra el machismo a la flamante titular del sector Mujer y Poblaciones Vulnerables. 

Según Beto Ortiz, el mismo que se tomaba fotitos el año pasado con la marcha #NiUnMenos, no hay nada que criticarle a la ministra que ha culpado a las mujeres del machismo, (o sea tienes la culpa de que los hombres peguen, violen, maten), y más bien tratando de desacreditar el tuitazo dijo que era una acción de tres “chicas regias”, cuando fue una iniciativa de los colectivos #LasRespondonas y Paro Internacional de Mujeres. Y más aún pretende que se relacione la crítica con una cuestión de racismo. Su papel, está claro, es desinformar, como ya nos tiene acostumbrados.

Y, para colmo (flaco favor), le pide al congresista fujimorista Luis Galarreta que lo secunde. Como no puede ser de otra manera, -porque en derechos de las mujeres los fujimoristas están siempre perdidos-, Galarreta contesta que “la ministra no ha dicho nada que le genere esa situación”.

Ya que #BetoNoSabe no identifica, no puede entender por qué es machista la postura de la ministra Choquehuanca, diversas mujeres así como las plataformas #NiUnaMenos y Paro Internacional de Mujeres han salido a hacerle el ‘pare’.

"Si Beto Ortiz hiciera su trabajo como corresponde, sabría esto. Lamentablemente, ya sea por ignorancia o por intención, desprestigia la reacción de cientos de mujeres que exigen a su representante directa en el gobierno saber por lo menos los términos elementales de la lucha contra el machismo y tener una estrategia clara e integral frente a este. Segundo, sus acusaciones no nos sorprenden, pues sabemos bien que Beto Ortiz es un periodista que se sirve de las mujeres y de causas como la lucha contra la violencia de género solo en cuanto le importan audiencia y portadas. Recordamos una vez más su arrogancia frente al feminicidio de Ruth Thalía Sayas, asesinada por su pareja tras ser expuesta en su programa, El Valor de la Verdad, por unos puntos de rating", señala la plataforma #NiUnaMenos en su fanpage. 

"(...) el control ciudadano sobre sus autoridades y el ejercicio de la libertad de expresión son cruciales para una sociedad democrática. La expresión de nuestra disconformidad frente a las políticas de Estado en uno de los países con más feminicidios y violaciones de la región es absolutamente legítima. Compartir nuestras experiencias con el feminismo no constituye, por ningún lugar, bullying y, menos, discriminación racial. Los tuits de ayer, además, no constituían de ninguna forma ataques personales (como los que sí hace Beto Ortiz con frecuencia) sino lecciones sobre igualdad de género, diversidad y solidaridad entre mujeres", agregan.

En tanto, mujeres diversas agrupadas en Paro Internacional de Mujeres se pronunciaron en su fanpage respecto a que "miembros de la sociedad civil como colectivos y organizaciones de mujeres concebimos la idea de realizar este tuitazo. No somos "chicas regias de Lima" y rechazamos enfáticamente los estereotipos y denominaciones peyorativas sobre algunas mujeres que fueron partícipes del tuitazo realizado ayer. Sr. Beto Ortiz, nosotras somos mujeres peruanas DIVERSAS que decidimos informar, explicar y educar a la flamante ministra ya que necesitamos a alguien que nos represente y entienda. Expresarse de esa manera sobre personas que usted cree conocer solo es una muestra más del machismo y de los estereotipos con los que ud. pretende desprestigiar una acción digital concebida por grupos feministas y del que fueron partícipes mujeres de a pie de diferentes contextos sociales".

Dicho esto, vale recordar que hubo hasta 500 definiciones de feminismo con las que se aleccionó a la ministra Choquehuanca, y el tuitazo #MinistraFeminismoEs fue seguido por más de un millón de personas.