Paulo César Peña es escritor. Tiene un ensayo ‘Peregrinación a Santa Beatriz’ que acumula recuerdos de su niñez,  una exhaustiva investigación y extensas conversaciones con Fernando de Szyszlo quien en mayo de 2015 le apuntó en un mapa donde se hallaban las viviendas de los poetas amigos de la ‘Generación del 50’ en la urbanización Santa Beatriz, conocida como una de las primeras urbanizaciones constituidas en Lima, y pasó a contarle anécdotas de antaño. Esas que ahora, al caminar con él por esos rincones, se van convirtiendo en nudos de nostalgia, pues al paso nos vamos encontrando con los calles bloqueadas y otras destruidas por la imposición de un tercer carril, no consultado ni informado a los vecinos, y que hace peligrar el casco histórico y la tranquilidad. 

fotos maría josé sánchez

Ante la soberbia Municipalidad de Lima que no dialoga no planifica ni resarce, las protestas de los vecinos y vecinas de Santa Beatriz siguen su curso. Pero no solo en las calles con banderolas en mano. Una de las medidas que han tomado es que propios y extraños conozcan el valor histórico de la urbanización, porque en la ciudad tomada por el cemento y el frenetismo constructor, son pocos los distritos en los que permanecen los espacios históricos, las áreas verdes, la regulación del sonido, la posibilidad de caminar sin peligro y sin una tugurización que nos hace codearnos unos a otros. Es por eso que con la ayuda de Paulo César Peña han iniciado ‘Peregrinación a Santa Beatriz’, un recorrido para conocer las calles y casas donde vivieron personajes como Fernando de Szyszlo, Blanca Varela, José Bresciani, Sebastián Salazar Bondy (‘Lima, la horrible’), Julio Ramón Ribeyro, Jorge Eduardo Eielson, entre otros, siendo también inspiración para Emilio Adolfo Westphalen y muchos más.

Ya decía Mario Vargas Llosa en su columna de despedida a Szyszlo:

“Cuando lo conocí, en julio o agosto de 1958, estaba casado con Blanca Varela. Vivían en un pequeño altillo de Santa Beatriz que era a la vez hogar y estudio. Desde el primer instante supe que seríamos íntimos amigos”.

Seguimos caminando con Paulo por las calles de Santa Beatriz y encontramos unos hermosos balcones en una casa amarilla. ¡Oh!, no era para menos que allí alquilara un departamento Sebastián Salazar Bondy. Quién no se inspiraría en esas pequeñas calles, al mirar por la ventana un amanecer, un atardecer, una noche fresca.

Estamos seguros que si Salazar Bondy viera lo que le está pasando a la urbanización Santa Beatriz le exhortaría a Castañeda a detener su tercer carril con aquel extracto de ‘Lima, la horrible’ que dice:

“(Lima) Se ha vuelto una urbe donde dos millones de personas se dan de manotazos, en medio de bocinas, radios salvajes, congestiones humanas y otras demencias contemporáneas, para pervivir”.

Caminamos por Mariano Carranza, una calle donde ya se impuso el tercer carril y es penoso ver en la puerta de la familia de Blanca Varela un jardín mochado, ladrillos y un árbol sufriente.

Seguro Blanca también estaría de acuerdo con que aquella ‘modernidad’ que proclama el alcalde de Lima, es errada y perversa en tanto no es el cemento ni los monorrieles ni los by passes los que hacen una ciudad amigable para las personas.

Hay un poema Vals del Ángelus de Varela que Paulo Peña lee frente a la casa de la familia de la poeta. Un extracto que se amolda y dice:

“Así te he visto, vertiendo plomo derretido en las orejas inocentes, castrando bueyes, arrastrando tu azucena, tu inmaculado miembro, en la sangre de los mataderos. Disfrazado de mago o proxeneta en la plaza de la Bastilla —Jules te llamabas ese día y tus besos hedían a fósforo y cebolla. De general en Bolivia, de tanquista en Vietnam, de eunuco en la puerta de los burdeles de la plaza México.
Formidable pelele frente al tablero de control; grand chef de la desgracia revolviendo catástrofes en la inmensa marmita celeste.
Ve lo que has hecho de mí.
Aquí estoy por tu mano en esta ineludible cámara de tortura, guiándome con sangre y con gemidos, ciega por obra y gracia de tu divina baba”.

Y así vamos por aquí por allá, tropezamos en la calle Enrique Villar con un escena que parece de ficción. Una calle que parece bombardeada. Y a unos pasos la casa donde nació Julio Ramón Ribeyro que escribió ‘La palabra del mudo’. ¡Caray!, quién diría que dio en el clavo con ese título. Nos miramos las caras los vecinos.

Los vecinos de esa calle esperan que la Municipalidad de Lima restituya su calle con dos carriles y reponga sus jardines y parqueos. 

Hay dos calles más programadas para el proyecto castañedista, pero los vecinos exigen NO EJECUTAR el tercer carril: Teodoro Cárdenas y Manuel Segura. Hay más de 400 firmas de vecinos contra la obra. 

Hay mucho más que conocer en esta urbanización a la que hace algunos años en anterior gestión, Castañeda le quitó el Parque de la Reserva para convertirla en el Circuito Mágico del Agua. Y la enrejó y prácticamente la privatizó. Ahora ha venido por más, dicen los vecinos, hartos de que ni siquiera les arreglaran las pistas desde hace más de una década. 

La peregrinación por Santa Beatriz será este sábado 18 a las 4 p.m.. El lugar de concentración es la esquina de las calles Emilio Fernández con Enrique Barrón (aledañas al parque de las  aguas). 

Se puede conocer más en el Facebook Yo defiendo Santa Beatriz o en el link https://www.facebook.com/events/145956642710395/

El programa ‘A la vuelta de la esquina’, con Gonzalo Torres, 'Gonzalete', en homenaje a la que presentó como 'La primera urbanización creada en Lima', señala que Santa Beatriz es ‘la hija de nadie’. Pero, esa hija de nadie ahora es una mina de oro a la que le han echado ojo las inmobiliarias y los empresarios y, entonces, cuando se le dice a la Municipalidad de Lima que los ciudadanos son primero, se encuentra una sola respuesta: todos mudos.

Fotos: María José Sánchez