Cada cierto tiempo aparece un negacionista que quiere disfrazar la historia del Perú. Esta vez fue el general (r) Edwin Donayre. Y en Twitter le cayeron con todo.

Es claro y obvio que al congresista Donayre no le gusta el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), como tampoco les debe gustar a muchos integrantes de las fuerzas armadas. Para ellos aceptar que hubo terrorismo de Estado es aceptar crímenes y no cualquier crimen, sino crímenes con características de lesa humanidad de los que incluso hay juicios pendientes. De la misma manera que el fujimorismo no puede aceptar que se hable de terrorismo de Estado porque sería reconocer que no hubo eficaz estrategia antisubversiva y que Fujimori no pacificó al país sino que, por el contrario, lo sumió también en sangre y muerte. Es por eso que no quieren hablar de conflicto armado y por eso también pretenden siempre desacreditar el informe de la Comisión de la Verdad (CVR) que, entre otros datos, informa que 46% de las muertes fueron provocadas por el PCP-Sendero Luminoso; 30% provocadas por Agentes del Estado; y 24% provocadas por otros agentes o circunstancias (rondas campesinas, comités de autodefensa, MRTA, grupos paramilitares, agentes no identificados o víctimas ocurridas en enfrentamientos o situaciones de combate armado).

Ahora, Donayre se metió en un embrollo del que su soberbia le impide salir. El negacionista no solo armó una farsa, editada en vídeo, para hacerse el revelador de su propia mentira. La emprendió contra el LUM utilizando a una trabajadora que además perdió su trabajo. 

Donayre quiso que los peruanas y peruanas creyeran que era el LUM un lugar de apología a Sendero Luminoso. O sea en medio de la ciudad, a vista y paciencia de todo el mundo, con personal pagado por el Estado, en un lugar construido por el Estado, un lugar de terrucos. Así de ramplón. Bueno, los tuiteros le enmendaron la plana con frases acordes a su conducta.

Aquí le recuerdan a Telmo Hurtado, el 'Carnicero de los Andes', sentenciado por la matanza de Accomarca. Su  patrulla “Lince 7” acribilló e hizo explotar los cuerpos de 69 campesinos.

Le dieron clases de lo que es el LUM.

Y le increparon el montaje que terminó con el despido de la trabajadora que fue despedida.

Donayre se apropió de ese discurso negacionista que quiere sembrar otra historia del Perú y quedó en ridículo. La vivencia de la población no se va a borrar porque forma parte de su historia, su cuerpo, su mente, su memoria. Miles de desplazados por la violencia del MRTA, Sendero y de las fuerzas armadas llegaron a Lima, por ejemplo, y otros miles se quedaron en sus tierras arrasadas o se fueron a otras ciudades o regresaron muchos años después. Lo que han vivido no se cambia con videítos editados ni con discursos mezquinos. El negacionismo no puede ni va a prosperar. Y por eso es importante que los libros escolares recojan la historia sin alteraciones. Que el informe de la CVR sea adaptado a las escuelas. Porque es la memoria que tenemos y sin ella cometeremos los mismos errores del pasado, como votar por Donayre y los fujimoristas.